MATERIALES Y PROCESOS DE IMPRESIÓN - PAPEL
Es imposible abarcar aquí con la profundidad suficiente el
amplio tema del papel. En este capítulo nos centraremos en las pro-piedades del
papel que deben tenerse en cuenta a la hora de planear la elección del
material: gramaje, grosor y volumen. Estas tres propiedades básicas deben
considerarse al mismo tiempo, pues están vinculadas matemáticamente.
El gramaje suele darse en una medida de peso, normalmente
gramos por metro cuadrado, y es una variable fundamental al escoger un papel.
Con frecuencia se utiliza el gramaje para referirse al grosor del papel, lo cual
es erróneo puesto que el grosor en realidad depende del volumen del papel.
El grosor suele medirse en mieras —milésimas de milímetro— y
constituye la distancia entre ambas caras del papel. El grosor del papel
determinará la estabilidad y la cualidad táctil del producto impreso final.
El volumen, o volumen específico, define la relación entre
el gramaje y el grosor de un papel. Un papel con un volumen bajo es menos
compacto y contiene menos aire que un papel de volumen elevado. Por
consiguiente, un papel poco voluminoso
será fino y pesado, mientras que un papel muy voluminoso
será más ligero, poroso y grueso. Debido a su menor contenido de aire, un papel
poco voluminoso será más liso que uno muy voluminoso, normalmente.
La rugosidad es otra característica que hay que tener en
cuenta con respecto al papel. Por norma general, los papeles no estucados
tienen mayor rugosidad que los estucados. Para reducir la rugosidad, el papel
se comprime y alisa en una estucadora o calandria. Existe una relación entre el
volumen y la rugosidad, puesto que un papel liso y comprimido siempre será
menos voluminoso. Para lograr un volumen mayor, no queda más remedio que
sacrificar en cierta medida la lisura de la superficie del papel. La rugosidad
de la superficie también afecta al proceso de impresión y los papeles más
rugosos e irregulares son difíciles de imprimir.
La opacidad es otra propiedad importante del papel. Un papel
con una opacidad del cien por cien es completamente opaco, mientras que un
papel de baja opacidad, como el papel de calco, deja pasar mucha más proporción
de luz. Durante la impresión, la tinta penetra en el papel y reduce
su opacidad, lo que puede ocasionar que transparente la
tinta a través de la hoja. Esto se denomina opacidad de impresión y resulta
especialmente determinante a la hora de imprimir a doble cara, en particular
sobre papeles de poco gramaje, ya que deberemos tener en cuenta la colocación
de textos y gráficos en ambas caras de cada hoja.
La dirección de la fibra, o dirección del grano, de un papel
define la orientación que tienen las fibras que componen la hoja. Esto afecta a
la rigidez del papel y hace más difícil plegarlo a lo largo de ese eje. La
dirección de la fibra nos la proporcionará el formato que nos haya dado nuestro
proveedor, pues la primera cifra de ese formato corresponde siempre a la
longitud del costado que sigue la dirección de la fibra del papel.
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