MATERIALES Y PROCESOS DE IMPRESIÓN - METAL
Al igual que algunos otros materiales tratados en este
libro, podría decirse que el metal es un soporte que tiene muy pocas
aplicaciones directas en el proceso de diseño. Tiene una apariencia, un tacto y
una densidad específicos que rara vez nos resultarán adecuados. No obstante, si
surge la posibilidad de su utilización, conviene tener cierta idea de lo que
puede conseguirse, y de cómo y dónde podemos lograr el acabado del proyecto.
El coste es un aspecto importante al considerar el uso del
metal en un proyecto, en parte porque, a diferencia de los papeles o los
plásticos, el metal debe pasar por varios procesos antes de que esté preparado
para su uso.
Los metales más empleados por los diseñadores son el
aluminio y el acero inoxidable, que son fáciles de cortar, troquelar y serigrafía.
El acero inoxidable es mucho
más duro que el aluminio y puede suministrarse en planchas
muy finas. Sin embargo, cuanto más fina sea la plancha, más afilados serán sus
bordes. El acero es especialmente adecuado para el grabado en su superficie o
para el troquelado de diseños.
El aluminio resulta más liviano y es un soporte bastante
popular entre los encuadernadores. Sus bordes requieren ser sella-dos o
anodizados mediante la inmersión del material en una solución de sales metálicas
y la aplicación de corriente eléctrica. De no hacerlo, el aluminio tiende a
oxidarse y a quedar manchado al tocarlo con las manos.
Existen muchos proveedores y fabricantes capaces de crear
productos de alta calidad a partir del metal. Lo mejor para empezara investigar
es acudir a proveedores que trabajen en campos como la metalurgia para
arquitectura, el modelismo o la
fabricación de artículos destinados a la pro-moción en el
punto de venta. Para sacar el mayor partido del material, debemos asegurarnos
de programar unos plazos suficientes para la realización de prototipos y para
la producción del proyecto acabado. Pese a todo, podemos descubrir que será necesario
emplear un enorme esfuerzo al utilizar este material para acabar concluyendo que
una cartulina metalizada (como la mirriboard, por ejemplo) produce unos
resultados igualmente satisfactorios. Son la dureza y el tacto del metal lo que
dan interés al empleo de este material.
Véase TG24,24 Hours ofThrobbing Gristle y TG+
— Peter Christopherson, Cosey
Fanni Tutti, Chris Cárter y Paul A. Taylor
[págs. 071-073]
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