jueves, 26 de diciembre de 2013

MATERIALES Y PROCESOS DE IMPRESIÓN - TELA DE ENCUADERNACIÓN

TELA DE ENCUADERNACIÓN



La tela que se emplea para encua­demación es un tejido de algodón que ha sido empapado en almidón y pigmentos y sometido a vapor caliente. Los granulos de almidón se hinchan y se espesan, lo que hace que el material adquiera rigidez, que quede almidonado. El secado suele consis­tir en hacer pasar la tela alrededor de un tambor de vapor antes de llevarla a la máqui­na encoladora. El calor seca el almidón en el que está empapada la tela. Cuando este material se encola, se invierte el proceso: el agua que contiene la cola ablanda las partículas de almidón, con lo que el mate­rial se vuelve dúctil y permite trabajarlo con facilidad. El almidón, además, evita que la cola penetre en el tejido y lo traspase.

Originalmente los libros se encuader­naban en cuero de animales y en papiro, pero ambos materiales eran muy costosos y difíciles de trabajar. El cuero tiene una forma muy irregular y presenta muchas imperfecciones. A mediados del siglo xix, con el auge de la impresión en serie y la proliferación de la literatura, se acrecentó la demanda de libros y estos materiales ya no se ajustaban a lo que antes había sido una prerrogativa de los ricos. 

La tela era más barata y, además, podía suministrarse en bobinas, por lo que su uso resultaba más eficaz.
En el mercado es más corriente encon-trartelas con dorso de papel o de papel de seda. Éstas se diferencian de la tela de algo­dón en que el material de que están hechas es por lo general de origen sintético, como el rayón. La tela de encuademación de algo­dón tiene el inconveniente de que el adhe­sivo penetra en el tejido al ser encolado. El rayón tiene un reverso o forro flexible que evita que esto suceda, y además es más barato que el algodón. Otra ventaja es la disponibilidad de colores mucho más vivos y una mayor diversidad del tipo de punto del tejido. La tela de algodón tiende a aso­ciarse a volúmenes áridos de textos jurídi­cos o médicos, mientras que el rayón sue­le emplearse en proyectos más artísticos o de diseño. La tela de algodón, por otra parte, es más duradera que la de rayón.
A medida que el mundo se encamina hacia nuevos medios de consumo de cono­cimientos, parece ser que el uso del libro tiende a disminuir. A pesar de ello, sigue existiendo gran diversidad de telas de en­cuademación y se sigue investigando sobre el tema. 
A causa de su difusión internacio­nal, hay fabricantes que suministran tela de encuademación a cualquier lugar del mundo.
En la década de 1950 se produjo el surgimiento y el auge de los papeles estu­cados, que podían ser de color y admitían la estampación o gofrado en multitud de acabados distintos, incluso imitando cue­ros curtidos. La piel de animal por fin gozó de su revancha, aunque fuese en forma de material sintético. En la actualidad, se han creado telas híbridas que fusionan textura y urdimbre o que incluso imitan el acabado de superficies propias de la naturaleza (como la piedra) o de la ciencia (metales o crista­les). Los fabricantes de estos materiales están más que dispuestos a suministrar suntuosos catálogos de muestras, pero hay que tener cautela ya que el mundo de las telas de encuademación es muy diverso y tanta variedad puede resultar peligrosa­mente hipnótica.
Véase The Elusive Truth!

— Jason Beard [págs. 065-067]


Materiales y Procesos de Impresión,2007, Daniel Mason
Editorial Gustavo Gili, SL



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